La Antártida va desvelando sus secretos. Sus hielos esconden las pruebas de la evolución del clima; y nos dan las claves para hacer proyecciones de futuro y cuantificar el proceso de calentamiento. Los nuevos estudios demuestran que los deshielos no sólo afectan a la península Antártica, sino que alcanzan las bahías y a sus plataformas heladas, esas extensiones de hielo que desde el continente abrazan el mar con un final flotante. Ahora, además, se ha sabido que el grosor de estas plataformas en la Antártida Occidental ha disminuido hasta siete metros por año. Pero lo más relevante es que el principal foco del deshielo se produce desde la parte inferior de las plataformas heladas, que se ven carcomidas por corrientes más cálidas.
"En la mayoría de los lugares de la Antártida, no podemos explicar el adelgazamiento de la plataforma de hielo a través de la fusión del hielo en la superficie, sino que está impulsada por las corrientes oceánicas que derriten los hielos desde abajo", declara Hamish Pritchard, glaciólogo del British Antarctic Survey.
Los derretimientos en la Antártida ya no pueden ser atribuidos, pues, sólo a un aire más caliente, que generaría las pérdidas de hielo en la superficie.
El glaciólogo Pritchard analizó el espesor de los hielos en 54 plataformas de hielo alrededor de la Antártida, entre el 2003 y el 2008. Su conclusión es que al menos en 20 de ellas la pérdida de hielo se produce desde su parte inferior a causa de las corrientes cálidas. Y en la mayoría de las plataformas de la Antártida Occidental detecta un adelgazamiento de hasta siete metros por año.
Pritchard se valió de los datos suministrados por el satélite ICESat de la NASA, cuya tecnología de rayos láser permite calibrar el grosor de los hielos. Los científicos apuntan a que el calentamiento en los trópicos ha creado fuertes vientos, lo que alimenta corrientes que aportan agua calienta hasta la Antártida.
"Antes, creíamos que era necesario un gran calentamiento de la atmósfera para lograr un sustancial deshielo de la Antártida, porque es un lugar muy frío; pero lo que hemos demostrado es que esto no es necesario. No se necesita ese cambio radical. Simplemente, basta con qué se den cambios sutiles, como cambios en el patrón de los vientos", añade el glaciólogo.
El riesgo es que si las plataformas heladas flotantes son carcomidas desde su parte inferior, estas dejarían de actuar como tapón o freno de la entrada de los hielos desde el interior del continente, que formando corrientes de hielo empujan en dirección al mar. De hecho, Pritchard ha comprobado que cuando las plataformas de hielo se derriten en el océano, los casquetes continentales aceleran sus movimientos hacia la costa. Y son justamente, los hielos de estos mantos continentales los que contribuyen específicamente a la subida del nivel del mar.
Mientras tanto, otra investigación señala que la gran plataforma de hielos del mar de Weddell (un golfo de unos 2.000 km de ancho) puede comenzar a derretirse rápidamente este siglo.
Estas predicciones son hechas por los investigadores del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina de la Asociación Helmholtz (aparecidas también en Nature). Globalmente, se calcula que si se derritieran las plataformas de la Antártida Occidental, el nivel del mar subiría 3,3 metros, según Angelika Humbert, una de las autoras del estudio.
En este caso, las investigaciones de Instituto Alfred Wegener se valen de modelos climáticos (series de informaciones históricas proyectadas a futuro). Sus resultados refutan la creencia de que las plataformas del mar de Weddell no se verían afectadas por el cambio climático, al estar situadas en una zona periférica.
"El mar de Weddell no estaba realmente en nuestro punto de mira, porque todos pensábamos que, a diferencia del mar de Amundsen, sus aguas cálidas no serían capaces de llegar a las plataformas de hielo. Sin embargo, hemos encontrado un mecanismo que impulsa el agua caliente hacia la costa, con un enorme impacto en la plataforma Filchner-Ronne en las próximas décadas", dice Hartmut Hellmer, oceanógrafo del Instituto Alfred Wegener, y autor principal de la tesis.
Los modelos apuntan como causa de los deshielos una reacción en cadena, originada por un aire más caliente y una desaparición de corrientes que impedían la entrada al Golfo de aguas más calientes, las cuales en el futuro irían minando la plataforma flotante desde abajo. La predicción es que hacia el 2090, las temperaturas de las aguas por debajo de las plataforma Filcher serían dos grados superiores a las actuales.
"Nuestros cálculos son que la barrera se desintegrará para finales de este siglo", dice Hellmer. Las mayores tasas de derretimiento se darán en la zona en la que el hielo se ancla en el fondo del mar en la zona de transición hacia el glaciar continental. La plataforma Filchner-Ronne se funde ahora a un ritmo de cinco metros por año, pero la próxima centuria superará tasas de 50 metros por año, agrega el estudio.
"Si desaparece el hielo de estas plataformas, es como quitarle el freno a un coche. Si desaparecen del mar esas masas enormes de hielo, de repente, las masas de hielo que empujan desde el continente se acelerarán", valora Pedro Elosegui, investigador del CSIC, que estudia los cambios en el hielo marino y la circulación oceánica en el Ártico. "Hasta ahora pensábamos que el efecto del calentamiento daría como resultado temperaturas más altas y derretimientos en superficie. Pero la cantidad de hielo que se derrite de esta manera es menor que si se calienta el océano y el agua entra por abajo de las plataformas. Es la clave de los últimos estudios", dice Pedro Elosegui.
Salón De La Recuperación Y El Reciclado
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